Una encuesta reveló que las personas que laboran a tiempo completo en Estados Unidos, trabajan un promedio de 47 horas a la semana, es decir más de 9 horas por jornada en una semana laboral de cinco días (algo muy similar al Perú en el mejor de los casos).
Entonces, teniendo en cuenta el número de horas que dedicamos a la oficina, es probable que sea muy importante para nuestro bienestar general que estemos en el trabajo correcto, ¿verdad?
Estar ‘atascado’ en el empleo equivocado puede ser realmente perjudicial para ti y la empresa.
Sin embargo, no siempre es obvio que hemos conseguido el empleo genial, sobre todo cuando uno es joven, sin experiencia, o simplemente bastante exigente.
Para facilitar las cosas, Business Insider compartió la siguiente lista de doce señales sutiles que confirman que estás en el trabajo adecuado:
El tiempo vuela en el trabajo.
Te sorprendes cada vez que ves el reloj en el trabajo pues parece que las horas pasan volando. ¡Ojo! Eso no significa que te falte tiempo para terminar tus tareas; de hecho, has logrado avanzar bastante. Simplemente el día parece pasar muy rápido.
Esta es probablemente una señal de que eres perfecto para el trabajo (o viceversa), ya que, como todos hemos oído, el tiempo vuela cuando uno se divierte.
Te retas a ti mismo y tomas riesgos.
Eres capaz de salir de tu zona de confort con frecuencia y por motivación propia. Estás en una organización que no castiga cada pequeño error de sus trabajadores; y de hecho, los anima a experimentar y poner a prueba los límites. Por supuesto que a veces puede dar algo de temor hacer esto, pero también es una señal de que estás en un ambiente ideal de trabajo.
No necesitas café a cada rato.
Tal vez aún tomas tu habitual frappé de camino al trabajo, pero no necesitas café para mantenerte despierto. Tu energía proviene de estar emocionado por todo el trabajo estupendo que vas a hacer hoy.
Tu jefe te presiona.
Uno podría pensar que tener un jefe súper tierno es una señal de tener un gran empleo. Sin embargo, eso no es necesariamente cierto. Los jefes ‘lindos’ evitan conflictos de todo tipo, en detrimento de sus equipos.
Los buenos jefes saben cuándo brindar apoyo, y cuándo empujar a sus empleados para lograr una meta mayor. Probablemente estás en un gran trabajo si tu jefe es capaz de lograr ese equilibrio, motivándote a hacer lo mejor posible y superar tus límites.
Tus compañeros de trabajo son como amigos.
Estás realmente conectado con las personas con quienes trabajas. Claro, todos son competitivos y se presionan entre sí, pero al final del día, siguen siendo un equipo. Si consideras a tus colegas más como amigos que otra cosa, sin duda has conseguido un trabajo muy especial.
Tienes tiempo para tus seres queridos y para ti mismo.
Cualquier supuesto “trabajo ideal” que arruina tu salud, relaciones personales, o el equilibrio entre trabajo y vida personal definitivamente no merece ese apodo.
Sabes que un trabajo es adecuado para ti cuando te permite tener éxito, y al mismo también tienes tiempo suficiente para tus amigos, familiares y aficiones.
Estás tranquilo los domingos.
Algunas personas odian los domingos porque marcan el final del fin de semana. Por supuesto que tú reconoces que el fin de semana es increíble y disfrutas tu tiempo libre. Sin embargo, no sientes ningún temor o tristeza los domingos por la noche. De hecho, podrías estar algo emocionado por encarar la próxima semana laboral.
Misteriosamente te gustan los lunes.
Eres el pájaro madrugador que canta alegremente por la oficina todas las mañanas grises de los lunes. Todo el mundo podría odiarte por eso, pero no importa. Eres molestosamente optimista porque en realidad estás feliz de estar en el trabajo.
Nunca dejas de hablar de trabajo.
Este es un hábito bastante molesto (sobre todo si eres un fanfarrón o eres terrible contando anécdotas), pero también es una buena señal si estás constantemente compartiendo historias positivas o divertidas sobre tu trabajo, siempre y cuando seas sincero, claro está. Es obvio que te sientes muy comprometido con el trabajo, y tienes ganas de compartir con los demás lo que has estado haciendo.
Solo asegúrate de no sobrecargar a tus amigos y familiares con demasiadas historias del trabajo.
A tu organización le va bien.
Este es más un factor externo, pero sigue siendo importante. ¿Cuál es el propósito de conseguir el trabajo soñado en una empresa que está experimentando una muerte lenta y amarga?
No te molesta hacer las tareas cotidianas.
OK, el trabajo pesado nunca va a ser la parte favorita del empleo de cualquier persona. Sin embargo, si estás en un gran trabajo, no te importa hacer tareas aburridas de vez en cuando. No te entusiasme la idea, pero las tareas repetitivas o rutinarias simplemente no te vuelven loco. Sabes que una vez que hayas terminado, podrás volver a hacer lo que amas.
El dinero no es un problema.
Incluso un trabajo soñado puede convertirse en una pesadilla si no te pagan bien.
Las personas que están en el trabajo correcto no tienen este problema. Olvídese de lo justo (nunca debe conformarse con un salario “justo”), su paga debe ser buena. Debe sentir que su salario es un fiel reflejo del valor que aporta a la organización.
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