Exagerar
sus conocimientos para impresionar a los reclutadores no le servirá de mucho.
Hoy las competencias pesan más que los títulos y la tecnología permite
comprobar si dice la verdad.
Una de las
suposiciones generalizadas de la era de Internet es que, en un mundo conectado
en el que se pueden comprobar los hechos con facilidad, no tiene mucho sentido
mentir en el CV, sobre todo en lo que se refiere a los títulos académicos.
Se ha
vuelto algo común encontrar títulos de MBA inventados, puesto que las
empresas se interesan por las personas con estos certificados para sus altos
cargos: “Solo se suele requerir un título de MBA para los puestos de
banquero de inversiones y de consultor de gestión, pero han aumentado los
requisitos mínimos en los sectores de los medios de comunicación y de la
tecnología”.
De acuerdo
con la última evaluación anual que realizó la consultoría Risk Advisory Group,
el 70% de los 5,000 currículos que se investigaron contenía alguna imprecisión,
en comparación con el 63% del 2015.
Lo que más
se suele tergiversar son los títulos académicos. En la evaluación de este año,
uno de cada cinco historiales contaba con alguna inexactitud en este sentido.
Consecuencias.
Falsificar las credenciales puede acarrear consecuencias graves. En setiembre, la política alemana Petra Hinz abandonó el puesto que poseía desde el 2005 en el Parlamento alemán tras conocerse que no poseía ningún título en Derecho, tal y como reflejó en su currículo.
Falsificar las credenciales puede acarrear consecuencias graves. En setiembre, la política alemana Petra Hinz abandonó el puesto que poseía desde el 2005 en el Parlamento alemán tras conocerse que no poseía ningún título en Derecho, tal y como reflejó en su currículo.
Julie
McCarthy, profesora adjunta de gestión de recursos humanos en la Rotman School
of Management de la Universidad de Toronto, opina que ahora hay más candidatos
que puestos de trabajo debido a los recortes de las empresas, al aumento de la
población y al incremento de los puestos de media jornada: “Los candidatos se
ven obligados a causar la mejor impresión. Esperan destacar entre la multitud.”
Por su
parte, Roger Levy, catedrático emérito del departamento de gestión en la London
School of Economics, recuerda que “cada vez son más frecuentes las protestas
sobre las exageraciones de los candidatos, porque los currículos se están
convirtiendo paulatinamente en biografías”, mientras que para Vaughn Tan,
profesor adjunto en la UCL School of Management, “los empleadores y
las empresas de contratación también son los culpables de que los candidatos
mientan o modifiquen la verdad”. Y si necesitan algún ejemplo más cercano,
tienen al candidato presidencial 2016 César Acuña.
Añade que
“es muy tentador adornar los títulos académicos, porque los empleadores sólo se
centran en eso, en lugar de en el resto de habilidades que se necesitan para
optar al puesto. No es bueno dar prioridad a la eficiencia en lugar de a la
eficacia”.
Más
comprobaciones
Pero esto está empezando a cambiar. Les Berridge, consultor jefe de la empresa de contratación Networkers International, cree que, sobre todo durante la entrevista, los empleadores se fijan más ahora en la capacidad del candidato que en los títulos académicos. De este modo, no hay necesidad de mentir sobre los certificados.
Además,
resulta más complicado inventarse títulos académicos debido a las rigurosas
comprobaciones que realizan los empleadores antes de contratar. Berridge cree
que “la mayoría de los empleadores decentes pedirán los certificados. Lo
habitual es hacer estas comprobaciones por cuestiones de seguridad y de
inmigración. Se debe verificar la identidad de cada persona, algo que no se
realizaba cuando empecé a trabajar hace 30 años en este sector.”
Los
reclutadores coinciden en que la forma más precisa es evaluar a la persona y no
sólo su trayectoria.
- Debes tener en cuenta que en
los currículos de última generación se pide información muy completa sobre
elementos ‘soft’ que son más complicados de mantener consistentemente
maquillados.
- Evita incluir largas listas de
habilidades que luego no vas a poder argumentar. Y no se te ocurra
describir proyectos o logros relacionados con esas capacidades.
- Recuerda que el objetivo del
currículo es conseguir una entrevista de trabajo. Al final, si te has
vendido por encima de tus posibilidades, todo se descubrirá cuando te
pongas frente al entrevistador.
- La vitrina de las redes nos
aportan valor añadido y una marca personal y profesional, se convierte en
una ventana indiscreta que habla de lo que somos, de lo que hacemos y
sabemos, las 24 horas, los siete días de la semana. Resulta imposible
cerrarla o suspenderla, porque la identidad que construyes y la actividad
que desarrollas no se puede detener cuando convenga. Ni siquiera cuando te
quedas en paro podrás disimular ni ocultar la realidad que supone esa
falta de actividad.