Cuando terminamos la universidad, salimos
entusiasmados por encontrar el trabajo ideal. Sin embargo, en muchos casos
terminamos trabajando en algo muy diferente a lo estudiado. La encuesta
realizada en el 2011 por el Instituto Superior de
Rendimiento Kenexa demostró que solo el 16% de los trabajadores
tienen el trabajo de sus sueños. Consecuencia de esto es la infelicidad por no llevar
la vida que esperábamos.
Al comienzo te mentalizas creyendo que
es algo momentáneo y que en un futuro cercano vendrá una oportunidad mejor. La
espera puede llegar a ser abrumadora, te levantas cada mañana desmotivado
pensando que tendrás que trabajar en algo que no te agrada. El mismo escritor ruso Maxim Gorky mencionó que cuando el trabajo es un placer, la vida es un disfrute y cuando el
trabajo es un deber, la vida es esclavizante.
La vocación profesional se relaciona directamente
con las habilidades, capacidades y el talento que tenemos. Si tú eres bueno en
lo que estudiaste e invertiste tiempo y dinero en eso ¿por qué trabajar en algo
que no tiene nada que ver?
En el 2013 se realizó una encuesta a nivel mundial por Gallup,
se informó que el 63% de los
trabajadores no están motivados para trabajar y mucho menos dispuestos a esforzarse
por la empresa. Asimismo, el 24% de los trabajadores comentó que se sentían
infelices trabajando.
ALGÚN DÍA…
¿Te suena familiar? Es el inicio de la frase que da
pie a los sueños frustrados que se tienen cuando trabajamos en algo que no nos
apasiona. Tal vez te sientas identificado con una de estas frases:
-
‘’Algún día dejaré mi trabajo’’
-
‘’Algún día iniciaré mi propio negocio’’
-
‘’Algún día comenzaré a viajar por el mundo’’
-
‘’Algún día haré el
trabajo que me guste’’
Frases simples, pero con mucho significado. La falta
de ánimo y la costumbre nos alejan poco a poco de nuestros sueños, hacen que la
vocación a nuestra profesión desaparezca y es algo que no podemos permitir.
Como toda cosa en nuestra vida, no podemos dejar que se vuelva rutinario,
debemos encontrar salidas creativas que nos permitan realizar nuestros
objetivos propuestos hace 10, 15, 20 años atrás.
Hay que seguir el consejo que Confucio nos dejó hace
mucho tiempo. Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar
ni un día de tu vida. Aunque el camino sea difícil
valdrá la pena.