Los profesionales que obtienen más logros y están más satisfechos con su carrera son aquellos que se especializan y concentran en desarrollar sus competencias. El objetivo como trabajador o como profesional autónomo, no solo es mantener el empleo y a clientes actuales, sino también es desarrollar el talento para incrementar la empleabilidad y la posibilidad de obtener nuevas oportunidades, más satisfacción, estabilidad e ingresos.
Ya no se puede vivir sin aprender todo en la vida. Si vas a hacer un máster o un postgrado elige aquellos programas formativos que te convierten en un profesional polivalente, ya que estos se centran en el desarrollo de competencias. El mejor profesional no es el que acredita más experiencia sino el que demuestra su aprendizaje.
No busques solo obtener títulos, piensa sobre todo en desarrollar habilidades. No solo se trata de adquirir conocimientos, se trata de aplicar competencias. Decide tus metas, luego desarrolla tus habilidades. Cuando ya tengas uno o varios objetivos profesionales en mente, debes tratar de pensar en habilidades: qué debo hacer en ese ámbito profesional y qué debo aprender para hacerlo. Y al contrario, cuando ya se poseen determinadas competencias o intereses específicos, se puede pensar en definir objetivos relacionados.
Las personas exitosas tienen el siguiente perfil: 25% conocimientos y habilidades, 25% personalidad y 50% capacidad de relación y networking. La iniciativa es más importante que el conocimiento, no se trata de conocer, sino de entender qué hacer para saber.
No apliques adjetivos, céntrate en comportamientos. Las valoraciones que etiquetan a los profesionales no les ayudan a conocer su talento ni a planificar su desarrollo. Si quieres progresar y encontrar tu espacio profesional céntrate en conductas y habilidades concretas y deja de describirte y de describir a otros. Mientras que los adjetivos solo juzgan, las habilidades guían.
Observa el comportamiento de otros profesionales que te parecen cualificados para incorporarlos a tu personalidad. Si aprecias a los compañeros que sonríen, te preguntan con frecuencia en qué pueden ayudarte y saben pedirte ayuda de forma amable, si quieres mejorar, realiza algo parecido pero mejor.
No estudies cosas que no te apasionan, porque un pedazo de madera en el agua durante años no se transforma en pez. A veces pecamos de temerosos para abordar posibles proyectos, pero otras vamos un poco pasados de vueltas. Hay que intentar trabajar en lo que aportas valor, no solo en lo que te gusta.
La vocación no solo se espera, la vocación también puede construirse. Debemos darnos un margen para decidir cuánto debemos insistir en desarrollar competencias que “se nos dan mal” o con las que nos resultará muy difícil competir, en lo que a empleabilidad se refiere.
Decide el sitio que quieres tener en tu campo profesional. Debemos ser conscientes de cuál es nuestro segmento o posicionamiento actual en el mercado de trabajo y preguntarnos cuál queremos que sea para enfocar nuestra carrera.
El talento no es algo intangible, se valora en el mercado como un producto. En el ranking de las profesiones que generan más oportunidades, no se encuentran las profesiones más demandadas que sufren más desempleo.
