En primera instancia comencemos por entender qué significa la palabra “éxito”, ya que se hablara de él y nos mostrara como obtenerlo. Consultando en diccionarios de la lengua española se encontraron definiciones como: “El resultado feliz en la búsqueda de un objetivo o circunstancia de obtener lo que se desea en el ámbito profesional, social, o económico”. Haciendo hincapié en las palabras siguientes:
BÚSQUEDA DE UN OBJETIVO Y OBTENER LO QUE SE DESEA
Es muy importante tener muy claro el objetivo principal que deseas lograr y aquello que anhelas obtener, por eso es importante establecer la meta de a dónde quieres llegar en tu trabajo. Conoeremos 6 puntos esenciales para generar empleados exitosos.
Entablando estas preguntas podríamos resolver más fácilmente que es lo que deseamos:
¿Qué sueldo deseamos ganar?
¿En qué área te gustaría trabajar?
¿Qué tipo de empresa quisieras que te contratara?
¿Qué puesto quisieras tener?
Y, algo muy importante, ¿En qué tiempo quisieras lograr esto?
Después de analizar esta serie de preguntas debemos de saber que depende solo de nosotros lograr el éxito.
Cómo generar empleados exitosos para nuestra empresa
Explicando si en algún momento se ha tenido algún fracaso en cuestiones laborales se debe de entender que el único responsable has sido tú. Por otro lado, es muy sorprendente que durante la marcha se ha culpado a alguien más por nuestras derrotas, ya sea a la crisis económica, diciendo nuestra clásica frase, “Es que no hay trabajo” culpando también a la sociedad, empresas, suerte y al gobierno. Sin embargo la buena noticia es que también el éxito depende únicamente de ti, es estupendo porque no importa cómo han sido las personas, empresas etc. Porque de ahora en adelante tienes que ocuparte por ti mismo para poder ser exitoso.
Por todo ello, los trabajadores son conscientes de que su margen de estrategia con los empleadores es amplio. Consideran que la relación laboral debe basarse en un beneficio mutuo, y no exclusivamente económico: ya que los empleados aportan sus conocimientos, experiencia y talento, mientras que la empresa debe proporcionarles oportunidades para ejercer influencia, ganar dinero, formarse y desarrollar sus relaciones profesionales.
Eso con el fin de que si quieren conservar a estos empleados de nuevo competir con los líderes en sus respectivos mercados, expandir su negocio y triunfar, las empresas necesitan contar con unos directivos hábiles en la gestión del personal y capaces de satisfacer la mayoría de sus necesidades.
Por lo tanto algo indiscutible es el hecho de que aquello que queremos obtener en nuestro trabajo, no somos los únicos en desearlo, la realidad es que vivimos en un mundo muy competitivo, lleno de altas y bajas pero debemos de saber sobrellevar el ritmo laboral. Esto es claro de observar desde el momento en que se abre esa gloriosa puerta para un mejor empleo o puesto, ya sea dentro o fuera de la empresa en la que se está laborando.
Decimos entonces que para poder ganar en un mundo competitivo laboral es necesario tener la mayor cantidad de valores agregados. Se dice que formar a los directivos para que ellos, a su vez, formen y gestionen adecuadamente a sus empleados es una necesidad que hay que llevar a la práctica, es algo esencial.
De tal manera que en el ámbito laboral se necesita estar rodeado de personas motivadas, autosuficientes y dispuestas a colaborar en el desarrollo de la misión de la empresa, por lo tanto se verán en detalle algunas habilidades de de la gestión de personal que resultan muy importantes en la actualidad.
Son los siguientes puntos:
Saber escuchar permite a los directivos enterarse de las preocupaciones, deseos y malentendidos que puede haber con sus empleados, además de darles pistas de lo que son y de lo que son capaces de hacer. Se trata de un proceso que crea un ambiente de mutuo respeto, donde las personas se sienten valoradas y donde sus opiniones son respetadas. Cuando se les escucha de verdad, los empleados tienden a ser leales, a comprometerse con lo que hacen y a derrochar entusiasmo para obtener grandes resultados. Por otro lado escuchar es una habilidad que se puede aprender y que, fundamentalmente, requiere cambios en el comportamiento de aquel que pretende dominarla.
Entrevistar a los candidatos con nuevos métodos, ya que los que entrevistan a gente para un nuevo empleo se enfrentan con la escasez de información fiable y fácil de contrastar. Los candidatos no suelen ofrecer una visión correcta e independiente sobre sí mismos. Al contrario, muchos quieren desesperadamente el puesto y simplemente dicen lo que se espera de ellos o, directamente, mienten. Sin embargo, existe una herramienta, que puede ayudar a los entrevistadores a superar con éxito el reto que se les plantea en los procesos de selección. Se trata del concepto de entrevistas situacionales, que se basan en la premisa de que la mejor manera de descubrir la aptitud de un candidato es colocarle en aquella situación donde tenga que demostrar sin posibilidad de ocultar datos o mentir, sus habilidades, conocimientos o rasgos de carácter.
Ayudarles a empezar, siempre el comienzo de una persona en un nuevo puesto es un momento decisivo para su integración y el buen desempeño de sus funciones, una empresa que ha empleado tiempo, dinero y energía para contratar a los mejores talentos debe comprender que está en su mejor interés y en el de su gente proporcionarles todo lo que necesiten para empezar con buen pie su trabajo. Esto significa informarles de a quién deben conocer, cómo funcionan las cosas en su nuevo entorno y qué se espera de ellos.
Creer en el potencial de los empleados, siempre los directivos que abordan a sus empleados con la mentalidad tutorial encuentran el mejor complemento para la gestión y mejora de su personal. Esta mentalidad significa creer en el potencial de los empleados e implicarse con ellos para ayudarles a triunfar. Cuando un jefe cree en sus subordinados y se desvive para que progresen, obtiene resultados que superan, incluso, las expectativas más optimistas. Desarrollar y mantener esta mentalidad permite a un directivo mejorar constantemente el rendimiento de la fuerza laboral.
Delegar las responsabilidades eficazmente, los directivos inteligentes aprovechan el impulso que tienen sus empleados para progresar, delegando en ellos nuevas responsabilidades y ofreciéndoles el tipo y la cantidad de apoyo que necesitan para desempeñarlas con éxito. Delegar responsabilidades significa transferir a un empleado el compromiso frente a un área de trabajo determinada. El objetivo de esta etapa es aclararle al empleado qué se requiere de él y cómo se trabajará con él para que asuma plenamente la nueva responsabilidad y tenga los apoyos necesarios.
Despedir con integridad, hay momentos en los que despedir a un empleado es algo inevitable, si el directivo ha hecho un esfuerzo razonable, desde aclararle sus responsabilidades, ofrecerle apoyo, a darle segundas oportunidades, y, aún así, el empleado no mejora, se habrá llegado a una situación que es mala para la empresa, mala para el equipo, para el directivo y, en última instancia, para el empleado mismo. No queda otra alternativa que un despido, respetuoso y lo menos doloroso posible, que minimice los efectos negativos que estas situaciones comportan.
Entonces la mejor manera para lograr triunfar en nuestro sitio de trabajo y en nuestro diario vivir, es tener el entendimiento de que todo está en nuestras manos. Somos los únicos responsables de los actos y por ende las consecuencias de lo que nos ocurra, a su vez es sólo un pequeño paso para lograr el éxito total en toda nuestra vida ya que los seres humanos poseemos un impulso innato para la excelencia en uno o varios aspectos de la vida. Pero la existencia de los empleados extraordinarios está, en gran medida, condicionada por la excelencia de sus directivos.
Esta excelencia directiva se adquiere con una superación consciente de las limitaciones existentes, un aprendizaje constante de aquello que funciona en cada caso en concreto y una práctica continua de los comportamientos aprendidos hasta que se conviertan en un hábito. En particular, la práctica de los comportamientos de dirección y liderazgo, que les resultan más difíciles a los directivos, les capacita más que cualquier otra cosa para la excelencia, tanto la suya como la de los que les acompañan en su devenir profesional.