La mayoría de
los empleados se siente inconforme con el desempeño de sus jefes. Pero, ¿a qué
se debe esto?
Una encuesta realizada
por Interact revelo que 9 de cada 10 empleados considera que hay un gran
problema de comunicación con sus jefes. Además, entre los principales defectos
de los jefes según los empleados, se encuentran el micromanaging – la tendencia
a querer controlarlo todo -, no involucrarse en los procesos, el narcisismo y
la indecisión. ¿Bastante alentador, no?
Estas son las principales quejas de los
empleados sobre sus jefes. ¿Estás a salvo de ellas?
“No se involucran en los procesos”
Puede suceder
que algunos jefes no conozcan los procedimientos necesarios para alcanzar un
resultado y por ello les resulta fácil exigir una gran cantidad de trabajo. Peor
aún, no hacen nada mientras todo se resuelve. No hay nada más frustrante que
eso, ¿no?
“No reconocen el esfuerzo”
Siendo sinceros,
si lo hay. Un jefe que no se da cuenta de las contribuciones de cada empleado –
o no se las hace saber – termina desmotivándolos.
“Siempre quiere tener la razón”
Si un jefe no es
capaz de aceptar críticas y sugerencias, lo más seguro es que logre que sus
empleados se abstengan de proponer ideas y de ser proactivos
“No comparten información relevante”
Algunos jefes
suelen tratar las decisiones importantes como un secreto. ¿Por qué?. La razón
es que suelen subestimar a sus empleados y por ello evitan tratar los temas de
manera abierta y honesta. Si no hicieran esto, se ganarían el respeto y
confianza de sus trabajadores.
“No hay retroalimentación”
Es necesario que
los jefes den una retroalimentación continua a sus empleados para saber si van
por un buen camino o si hay aspectos que deben mejorar.
“No reconoce sus errores”
Reconoce cuando
tengas fallas. Todos somos humano y cometemos errores, esto no te hará ver más
débil ni carente de poder, sino todo lo contrario.
“No saber los nombres”
Puede parecer
una nimiedad pero créelo: reconocerlos y saber su nombre hace toda la
diferencia.
“Solo se interesa por los resultados”
Enfocarse
demasiado en los logros sin preocuparse por la experiencia de los empleados
puede resultar bastante perjudicial. Hay que tenerlos en cuenta, pero también los medios para llegar a ellos.