Lucho, un administrador
de empresas, como todos los días se dirige en auto a la oficina, durante el
trayecto piensa que tiene muchas tareas
atrasadas para hoy y por lo tanto tiene que procurar llegar más temprano
de lo habitual y así empezar rápido.
No pasa mucho tiempo
después de llegar al centro de labores cuando su jefe le indica que quiere
hablarle en su oficina, Lucho accede sin intuir nada malo, él piensa que el
motivo del llamado de su superior es quizás que le pedirá hacer horas extras
debido a la carga de trabajo.
Toma asiento, dijo
el jefe -tomando un cigarrillo- y empezó diciendo que han tenido deficiencias
en la empresa y por ende se tiene que recortar personal, algunos puestos que se
verán afectados están en el área administrativa, incluyendo el tuyo.
Al escuchar esto
Lucho piensa que se puede tratar de una broma de mal gusto o que está soñando y
solamente quiere despertar. Miles de cosas pasan por su mente en ese instante,
por ejemplo pagar el colegio de su hija y los gastos familiares, además de la
cuota del préstamo que tiene actualmente, también piensa en la reacción de su
esposa al darle la noticia de su despido.
Así como este
administrador de empresas, muchas personas han pasado por una situación similar
en la cual los aspectos más resaltantes son la incertidumbre y el desconcierto;
sin saber que actitud tomar, teniendo la sensación que el mundo se viene encima
con muchos sentimientos encontrados e incluso problemas de estado de ánimo
como: depresión, ansiedad, insomnio, inapetencia e incluso baja autoestima.
Es comprensible que
estos sentimientos se apoderen de cualquiera ante un episodio inesperado, pero;
si bien es cierto, sentir miedo es un una reacción natural. También podemos ver
el lado positivo de las cosas y pensar que es una buena oportunidad para
demostrarse a uno mismo el potencial que tenemos para poder volcar nuestra capacidad
incluyendo lo aprendido en otros lugares y así ganar nuevas experiencias.
Debemos analizar
nuestras fortalezas además de debilidades y en base a eso mejorar para una
nueva oportunidad laboral, incluso resaltando los logros anteriores para así
ser más competitivo como profesional.
Pero estas “vacaciones
forzadas” no son sinónimo de inacción. A continuación, te damos algunos tips para
que puedas aprovechar este tiempo de paro, se puede aprovechar realizando
actividades como:
Dedicar tiempo a
la familia, puede haber sido dejado de lado al
tener como prioridad cumplir todos los pendientes del trabajo incluso fuera del
horario laboral.
Optimizar su CV, si estás viendo nuevas opciones de empleo puedes dedicarle tiempo
a tu hoja de vida para actualizar y optimizarla de acuerdo a tus nuevos
horizontes profesionales que estés formando.
Capacitarse, ir a cursos que te repotencien y te hagan competitivo para poder
obtener mayores posibilidades de ser contratado.
Realizar una
rutina de ejercicios, así podrás eliminar el
estrés que puede originarte el estar temporalmente desempleado.
Disfrutar
actividades que dejaste relegadas a un segundo plano, pueden ser desde andar en bicicleta, caminar, pasear a tu mascota
o hacer ese viaje postergado.
Como ya hemos
podido ver nadie está libre de un despido inesperado, por lo tanto debemos
recordar que no somos la primera ni última persona en estar desempleada, esta
situación acarrea sentimientos negativos y nocivos que pueden afectar nuestra
salud física y también mental.
Por eso es de
vital importancia no solo ver lo malo de esta crisis , ver la otra cara de la
moneda, en otras palabras ser optimistas, ver lo positivo de esta situación,
tomar buenas decisiones y aprovechar el máximo este tiempo libre, el
encontrarse en esa circunstancia de desempleo no es el fin del mundo porque es
solo eventual.
Así que arriba
el ánimo y ponte a trabajar en tu CV, bota el estrés, relájate, engríete y
sobre todo proyéctate porque cosas mejores van a pasar si de verdad le pones el
empeño que hace falta.
Excelente artículo, ¡muy acertado!